Ambas historias me hicieron recordar de una de las partes menos agradable que se ven en la industria alimentaria, el beneficio de animales. En realidad nunca comprendi porque le llaman beneficio si en realidad es lo peor que le puede pasar a un animal, pero en fin, ya esta la costumbre. También me vino a la memoria lo que me dijo un amigo zootecnista: "regla numero uno, nunca le pongas nombre a tus animales, llegado el momento no vas a poder sacrificarlo". En particular nunca he beneficiado a un animal, pero si he estado en camales de reses, cerdos (con gritos que ponen los nervios de punta), ovinos (lo peor que puede haber por la docilidad con la que llegan) y por supuesto aves. Como profesional de la industria alimentaria, uno debe tener claro que este es el destino de los animales que se han criado. Sé que es un poco cruel decirlo, pero entenderlo es el primer paso para que la visita a un camal no sea tan fuerte.
¿Cómo se beneficia industrialmente a las aves? En general se sigue el siguiente procedimiento
Las aves son colgadas de las patas y van por una línea continua, se les da una descarga eléctrica para lo que se conoce como aturdimiento, y se les hace un corte en el cuello. Esto produce un desangre con un corte bien realizado, el ave puede perder hasta la mitad de su sangre. De alli pasa a un escaldado, que es en realidad un baño de agua caliente por unos minutos. Aparte de la eliminación de bacterias se facilita la remoción de plumas posterior con unas desplumadoras que son cilindros que giran rápidamente y además cuentan con lengüetas de goma para el desplume. Adicionalmente se le pueden cortar el pico, las uñas y/o las patas, y un eviscerado en el que también pueden ser eliminadas la cabeza y el pescuezo. De allí el ave es enfriada y empacada.
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