Hoy se celebra el día del café en el Perú

Como en el caso del pisco, se espera aumentar consumo con una celebración

Pese a que el Perú es uno de los países líderes del mundo en la exportación de café --más de US$500 millones al año--, los peruanos no destacamos por consumir lo que producimos. La Junta Nacional de Café (JNC), una asociación que agrupa a medianos y pequeños productores, indica que el consumo per cápita en nuestro país llega a duras penas a los 400 gramos al año (recordemos el artículo sobre el consumo en El Salvador que llega a 1,98 kilos y se consideraba bajo, Brasil por ejemplo consume 5,10 kilos al año) , mientras otros países de la región, aun sin producción propia, duplican o triplican esa cantidad.

Para contrarrestar esta situación, el Gobierno instauró este año la celebración del Día Nacional del Café el cuarto viernes de agosto (justo hoy). La principal expectativa de la Asociación Pro Café, gremio de industriales cafetaleros, es que para dentro de tres años cada peruano consuma un kilo de café anual.

"De los 30 millones de sacos que produce Brasil se consumen internamente 15 millones (el 50%). De los 5 millones que producimos los peruanos, no consumimos ni el 4%, unos 200.000 sacos", comenta el presidente del comité cafetalero de la Sociedad de la Industrias (SNI), Fernando Olguín. A raíz de esto, comentó, los productores impulsaron la fecha. "El objetivo es empujar el consumo, como se logró con el pisco luego de instaurar una fecha", dijo.
El presidente de la JNC, César Rivas, resaltó que más de 2 millones de peruanos se dedican a la producción de café, es decir unas 160.000 familias. "Esto fortalece la industria frente a malos tiempos que puedan venir en las exportaciones", afirma el ejecutivo.

UNA SITUACIÓN QUE MEJORA

Según el gremio, hace solo siete años el consumo cayó a menos de 200 gramos per cápita. A partir de entonces, la situación empezó a mejorar. El gerente general de la JNC, Lorenzo Castillo, explicó que el consumidor peruano dejó de consumir café debido a la crisis económica y a la idea de que el producto es dañino para la salud.

Sin embargo, indicó, el ingreso de cadenas extranjeras de cafeterías y de productos gourmet ayudó a revertir esa situación.
Ahora, los cafetaleros buscan organizarse y plantear una oferta directa al consumidor. Esa es la experiencia que ha iniciado Altomayo, de la Corporación Perhusa (primer exportador peruano de este producto), que abrió hace unos meses un local en el Megaplaza de Independencia.
"La cafetería Altomayo, la vitrina perfecta instalada para ofrecer lo más selecto en las distintas variedades de cafés, como los que exporta a Japón, Europa y otros, se prepara para lo que será la gran fiesta del café, este viernes 22 de agosto", resalta esta empresa que prepara degustaciones con sus mejores productos.

Otro objetivo de los organizadores de la festividad es que los peruanos sean conscientes del aporte económico que genera la producción cafetalera. Cada año las exportaciones de café bordean los US$500 millones, cifra que supera a cualquier otro producto de agroexportación.

Pese a tener un mal año en el 2007, por problemas climáticos, los cafetaleros tienen este año motivos para celebrar. La JNC proyecta que las exportaciones llegen a US$650 millones, gracias a mejores precios en los mercados mundiales. Un crecimiento de 24% con respecto al año pasado. Esto representa 5 millones de quintales enviados.
Olguín refiere que este año el quintal (46 kilos) llegó a US$150 y se espera en los próximos años no baje de US$100, lo cual cubre los costos de producción y asegura una rentabilidad. Así, los buenos tiempos están por venir.

Tomado de El Comercio

Actualización: Según la Página Portafolio de Colombia los inventarios mundiales de café se reducen a los niveles más bajos que se tengan noticia. La mayor merma la ha tenido Vietnam en un 18%, Brasil reporta una disminución de 6%, la India de 5.5%. Curiosamente, Colombia ha tenido un crecimiento en 12.5%.

El artículo comenta que hay cuatro factores que están perjudicando la producción de café: el desorden en los regímenes de lluvias, la debilidad del dólar estadounidense frente a las otras monedas, los altos costos de los insumos y de la mano de obra.