"Hemos concluido que hay un sexto sabor además de ácido, amargo, dulce, salado y umami (similar al agridulce y presente en salsas de la cocina oriental)", afirmó Russell Keast, profesor de la y jefe de los investigadores.
¿Cómo llegaron a esta conclusión? El equipo analizó a 50 personas para determinar su capacidad de detectar contenidos grasos en distintos tipos de comida, aunque algunos necesitaron una concentración mayor que otros.
Los científicos también pudieron demostrar que esa destreza está unida a su peso y porcentaje corporal de grasa. "Aquellos sujetos con contenidos bajos, o delgados, son más sensibles a la grasa, mientras los obesos tienen más problemas para detectarla en los alimentos. Su hipótesis es que algunas personas pierden su sensibilidad a la grasa cuando consumen demasiada porque el cuerpo se adapta al alto contenido en grasa de la dieta. Una de las ideas de la investigación es obtener un producto que reemplace a ese sabor en el paladar ya que nos gusta consumir productos con grasa.
A mí en lo personal, esta investigación me parece una rocaza. La capacidad de detectar grasa en un alimento yo la atribuyo a la textura propia de la grasa que el paladar puede detectar, así que no considero que estemos hablando de un "sexto sabor" de manera oficial en un futuro cercano.
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