Novosibirsk, la capital no oficial de Siberia, es definitivamente una ciudad de optimistas.
En una región en la que la temperatura en esta época del año es usualmente 25º bajo cero, está una exitosa empresa que no hace abrigos gruesos o sombreros abrigados. Lo que produce es helado.
Y es que sólo en esta ciudad hay más de 300 kioscos que venden helado y nada más. Y todos son rentables. La gente aquí come helado hasta en invierno.No es un chiste
Así que no es de extrañar que al productor de helados local, una compañía llamada Inmarko (adquirida este año por Unilever, fuente Reuters), le está yendo tan bien. De hecho, es el mayor productor de helado de toda Rusia.
Justificadamente el presidente de la compañía, Dimitri Dokin, está de buen humor. "Puede parecer que el invierno en Siberia dura todo el año y aquí vive muy poca gente, así que ¿quién va a comer helado aquí aparte de los osos? Esa es exactamente nuestra principal ventaja. ¡Nuestros competidores no nos tomaron en serio!", le dijo el magnate del helado a la BBC.
Es difícil tomar en serio el helado en Siberia, pero a estos empresarios les funcionó.
Todo empezó en 1992, cuando un joven estaba haciendo fila afuera de la principal tienda de departamentos en Novosibirsk.
Era febrero -pleno invierno boreal- y la cola era para comprar helado, pero no parecía haber suficiente para todos los que esperaban.
Así que el joven notó que había una brecha en el mercado y fundó su propia compañía, e invitó a varios de sus amigos a unirse al proyecto, entre ellos a Dimitri Dokin.
Sabor invernal
Después de cuatro años de trabajar juntos, construyeron la primera fábrica. Hoy en día el negocio vale más de US$200 millones y provee a todo Rusia de helado.
Cuando hablamos de la crisis financiera, Dokin simplemente se ríe.
"Este noviembre vendimos más helado que en noviembre pasado. Nuestra participación en el mercado ha aumentado más de 2,5% este año", señala.
"Cuando la crisis golpee a nuestros competidores, estaremos listos para aprovechar lo que dejen. Nuestras ventas se incrementarán incluso si la demanda cae en un 15%. Para nosotros, esta crisis es una oportunidad".
Eso es exactamente lo que esta firma hizo tras la crisis de la deuda rusa en 1998.
El helado barato se convirtió en el único lujo que se podía dar mucha gente e Inmarko aumentó la producción.
Ahora están aún mejor preparados, tras crear su propia red de distribución, reduciendo así su dependencia de atribulados minoristas.A prueba de recesión
[...]
Con el helado, ¿qué se puede hacer que sea nuevo?
No mucho, pero Inmarko trata: ofrecen helado con pimienta negra, helado con pescado y uno llamado Vampiro, que viene con una estaca de madera de álamo -única arma con la que se puede destruir a un vampiro-.
Y están planeando introducir más productos, a pesar de la inestabilidad económica actual. Algunos pensarían que están locos, pero el hecho es que están ganando mucha plata. No le temen al frío, ni tampoco a la crisis.
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