La producción de ron puede generar condiciones realmente energizantes. Pero no se trata de un ingrediente secreto en la bebida, sino de los subproductos derivados de su fabricación que son utilizados como combustibles alternativos.
Así, la Compañía Licorera de Nicaragua -que produce el ron Flor de Caña, vendido en América y algunos países de Europa- ha logrado cubrir las necesidades energéticas de su ingenio de azúcar y suministrar el excedente al sistema eléctrico estatal de Nicaragua. "Aportamos menos de un 10% de la energía total, pero esto es suficiente para los pueblos más cercanos", explica Gustavo Valdor, gerente de área para Canadá, México y Sudamérica.
El factor energético de todo esto es el bagazo que surge de la trituración y extracción de jugo de la caña de azúcar durante la producción de ron. Éste se puede utilizar como abono o como combustible. "El bagazo es introducido en un horno, lo que le da sustento al fuego para calentar las calderas y crear el vapor que se utiliza para generar energía", dice Valdor. Con esto, la producción promedio de la planta es de 45 megavatios, lo cual alimenta al ingenio y genera los excedentes que se venden a la red estatal. "Esto sirve para independizarse un poco de fósiles como el petróleo", explica Lorena Pedraza, académica de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Iberoamericana. "Aunque obviamente se deben buscar energías alternas como la solar o eólica."
Además, la Compañía Licorera de Nicaragua ha logrado obtener un producto adicional de la fermentación del alcohol. Para esto filtran el gas carbónico que se emite, lo limpian y luego lo venden a las fábricas de bebidas cola y cervecerías.
Y por si fuera poco, los residuos finales de la fermentación son reciclados en un biodigestor -dispositivo para tratar los desechos orgánicos- donde las bacterias los utilizan como alimento y generan gas metano o biogás. "Esto se usa en vez de petróleo o gasolina en las calderas para la parte de la fermentación", dice Valdor. Actualmente evitan la emisión de más de 120.000 toneladas de dióxido de carbono anuales, lo que equivale a sacar de circulación a cerca de 2.500 vehículos automotores. "Se utilizan los desperdicios para generar biogás y por otro lado no se contamina", agrega Pedraza.
Y no se trata solamente de disminuir el impacto ambiental en el ingenio y sus comunidades vecinas, sino también de conseguir ahorros económicos. "Antes comprábamos la energía y ahora la generamos", agrega Valdor. "No utilizamos nada fuera de lo que producimos".
Además, la "vinaza", un líquido que resulta de la fabricación del alcohol, se emplea como fertilizante en los sembrados de caña del ingenio en vez de ser desechado por el drenaje. Y la empresa cuenta con un programa de reciclaje de cartón, vidrio, papel, aluminio y plástico. "Reutilizamos todos los productos para darles un segundo o tercer uso si es necesario", concluye Valdor.
Tomado de AmericaEconomia.
1 comentario:
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