En apenas 40 años la agricultura peruana ha sufrido profundas transformaciones, que la han llevado desde la desaparición de las 10.000 haciendas que había en 1969, y su consecuente empobrecimiento, hasta el actual desarrollo de las medianas y grandes unidades productivas de la costa.
La participación del Estado en estos procesos también ha fluctuado entre los extremos. De un control rígido de los 60 y 70, que en algunos casos señalaba hasta lo que debía sembrarse, se ha pasado en la actualidad a una ausencia casi absoluta, al extremo de que ahora ni el Ministerio de Agricultura ni las direcciones regionales orientan los cultivos ni saben cuántas unidades productivas hay, sus dimensiones ni en qué estado se encuentran.
Sin embargo, especialistas de diversas disciplinas coinciden en señalar que en el Perú se están consolidando empresarialmente las unidades de producción de entre 50 y 45.000 hectáreas. Ello ha sido posible gracias a que el agro se ha convertido en un sector atractivo para los inversionistas, que hasta hace unos 15 años estaban alejados, y a un mercado en constante crecimiento. […] El ministro de Agricultura, Carlos Leyton, admite que este fenómeno se está dando solo en la costa, pero no en la sierra ni en la selva, que siguen sin atraer de la misma manera la inversión privada. Esto los expertos lo atribuyen a lo agreste del clima y la geografía y la falta de inversión en vías e infraestructura.
[…] un gran porcentaje de los pequeños y microproductores del campo está sumido en una aguda crisis económica y tecnológica y muchos de ellos están vendiendo sus propiedades, cuando no son rematadas por las entidades financieras.
Aquí, hay un interesante debate entre dos posturas diferentes
- Fernando Cillóniz, director de Informacción y especialista en temas agrarias considera que la desaparición de los minifundios a favor de los medianos y grandes productores es positiva para el país, porque está permitiendo el desarrollo de nuevas empresas, modernas y rentables e incluso considera que el desarrollo de los minifundios en el Perú ha sido muy perjudicial y ha empobrecido el agro.
- Por otro lado, Luis Zúñiga, agricultor y ex presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), considera que la desaparición de los pequeños productores pone en riesgo la seguridad alimentaria del país, pues la prioridad del mediano y gran productor es la rentabilidad y por ese motivo su tendencia es desarrollar solo unos pocos cultivos. En cambio, los pequeños agricultores – agregó - son los que desarrollan una mayor variedad de productos (algo que Cillóniz considera un mito pues los agricultores —sean grandes o pequeños— van a producir lo que pueda tener mercado).
Este servidor, se inclina a pensar más como Cillóniz.
Y el informe de El Comercio sigue:
Otro proceso que también se está produciendo es el desarrollo de unidades productivas agrarias por encima de las 10.000 hectáreas. Además de las principales azucareras de la costa norte del país, que han atraído en los últimos cuatro años a grupos empresariales que están invirtiendo en algunos casos por encima de S/.50 millones en su desarrollo, no menos de cuatro empresas agrarias estarían por superar la barrera de las 10.000 hectáreas de terreno cultivado.
Expertos consideran que una acumulación de tierras de esa magnitud podría generar problemas de desigualdad en las áreas geográficas donde se desarrollan. Señalaron que la desigualdad se produce por las distorsiones que provoca que en un solo lugar haya un solo empleador y un solo comprador de la producción local además la posibilidad de generar tensiones en la población y aumentar el riesgo para la paz y la calma social en sus jurisdicciones.
Para el ministro de Agricultura, Carlos Leyton, este proceso de consolidación de las grandes unidades agrícolas hay que verlo en la dinámica de crecimiento económico y de las necesidades que tienen ahora los sistemas de producción a gran escala. En ese mismo sentido, Cillóniz considera que aún son muy pocas las empresas que están creciendo por encima de las 10.000 hectáreas, si se compara con las que había antes de la reforma agraria de 1969. Señaló que el país no debería preocuparse por esas escalas de producción, pues en otros países, como Argentina o Brasil, hay fundos que superan el millón de hectáreas. También descartó que puedan producirse factores de desigualdad y aseguró que las grandes empresas agrícolas son las que están pagando mejor a sus trabajadores y reconociéndoles todos sus derechos.
Una de las soluciones que se plantean frente a este tema es la fijación de límites, como el congresista aprista Tomás Cenzano que presentó un proyecto para limitar a 40.000 hectáreas las unidades agrícolas. La iniciativa aún debe ser analizada por las comisiones Agraria y de Economía del Congreso. Tema con el cual el Ministro Leyton discrepa. Más información sobre esta iniciativa aquí.
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