Resumiendo: Dos personas, Charles Joyce y James Voigt demandaron a Pepsico por hacer uso de un proceso de purificación que ellos desarrollaron y según los demandantes representaría una violación a un acuerdo de confidencialidad firmado con Pepsico.
Expertos consultados dijeron antes del juicio que era muy probable que la parte ganadora sea Pepsico, pero no fue así por una razón que da verguenza ajena: un abogado de la compañía se olvido de la demanda y no se lo comunicó a sus colegas. Esta derrota legal le puede costar a Pepsico más o menos 1260 millones de dólares. Pepsico ahora está contra el reloj para apelar, sustentar su caso y defenderse.
Como bien dice Food Quality News, de donde tome la noticia, esté es un claro ejemplo de la necesidad de tener un procedimiento para el manejo de quejas.
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