BUENOS AIRES.- Los productores agropecuarios argentinos esperaban el lunes que el Gobierno anuncie medidas para el sector y los convoque a negociar, en busca de frenar una huelga rural de 19 días que está dejando sin alimentos básicos a millones de personas.
Las cuatro mayores entidades rurales de Argentina -uno de los principales proveedores agropecuarios del mundo- iniciaron un boicot comercial contra un alza al impuesto a las ventas externas de granos, en el mayor desafío de la presidenta peronista Cristina Fernández desde que asumió en diciembre.
La protesta, que impulsó los precios de los mercados globales de materias primas, incluye bloqueos de carreteras que dejaron a cientos de camiones varados y obligó a comerciantes a arrojar a la basura toneladas de alimentos en mal estado, en un país con más de un cuarto de su población en la pobreza.
El Gobierno dijo que el lunes por la tarde anunciará medidas para el sector, lo que podría acercar posiciones.La huelga "está planteada hasta el miércoles al mediodía, pero esto está sujeto a que si lo que anuncian es bueno lo analicemos esta noche", explicó a Reuters Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria Argentina, una de las asociaciones rurales en conflicto.
Algunas de esas medidas ya fueron esbozadas el sábado por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, e incluyen reintegros de impuestos a pequeños productores y la reapertura del registro de exportaciones de trigo, que había sido cerrado para garantizar la oferta local.
La protesta rural recibió un fuerte apoyo en muchas ciudades del país con manifestaciones callejeras, pero el Gobierno prepara una réplica con un masivo acto el martes en la Plaza de Mayo para mostrar que también su posición tiene respaldo popular.
Desabastecimiento
Durante el fin de semana se profundizó la falta de lácteos, aceites y carnes en Buenos Aires. Los supermercados racionan la venta de leche y las góndolas con cortes vacunos están literalmente vacías.
Las típicas parrillas de la ciudad, un punto de visita obligado para los millones de turistas que llegan de todo el mundo, presentaban asadores vacíos y mesas sin clientes.
En el Mercado Central de Buenos Aires, donde se proveen de alimentos los minoristas de la capital argentina, los vendedores denunciaban el lunes los altos precios de la escasa mercadería que recibieron."Ahora ya no podemos vender", se lamentó un comerciante por la falta de demanda de su mercadería debido al elevado precio al que se veía forzado a ofrecerla.
La protesta también afectó a las exportaciones de granos y carnes, que prácticamente están detenidas mientras decenas de buques se mantienen cerca de los puertos hasta poder cargar.
Tras dos semanas prácticamente sin diálogo, los productores levantaron la huelga el viernes para reunirse con las autoridades, pero decidieron retomar la protesta horas después ante una oferta del Gobierno que consideraron decepcionante.
Sin embargo, tras un fin de semana de cruces verbales y negociaciones privadas, las dos partes anunciaron que se encuentran abiertas al diálogo.
La principal queja de los agricultores es que el impuesto a las exportaciones, llamado retención, dejó de ser fijo para establecerse de acuerdo con los precios de los granos, lo que en la práctica implica una fuerte alza para el tributo a las ventas de soja y girasol y limita sus ganancias futuras.
Corte de carreteras
Los productores anunciaron que dejarán circular a camiones que transporten lácteos o productos perecederos, pero seguirán impidiendo el paso de aquéllos que contengan otros alimentos.
Pero la Gendarmería debió intervenir el lunes para garantizar el tránsito luego de que los manifestantes advirtieron que no dejarían pasar a los camiones de otros países del bloque económico Mercosur, ante la imposibilidad de abrir sus cargas para revisar si llevan o no alimentos.
La televisión argentina mostró a los gendarmes formados al costado de la carretera 14, llamada "ruta del Mercosur" porque es el camino obligado de quienes se dirigen a Uruguay o Brasil, para evitar que los productores bloqueen el paso.
En algunos puntos del país los manifestantes levantaron los cortes de rutas, pero no en otros, lo que evidencia que la protesta está escapando al control de los líderes rurales."Hoy no es fácil conducir a los que están en las rutas, no cualquier cosa va a conformar a la gente", añadió Buzzi.
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