Mujeres y hombres también son diferentes a la hora de comer. Un informe presentado en la Conferencia Internacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes celebrada la semana pasada en Atlanta (Estados Unidos) muestra que los hombres consumen más carne que las mujeres, y ellas refieren una dieta más rica en frutas y verduras.
Los datos proceden de una encuesta realizada por la Red estadounidense de Vigilancia Activa de Enfermedades Transmitidas por Alimentos (FoodNet). Entre mayo de 2006 y abril de 2007, 14.000 adultos registraron sus hábitos relacionados con la alimentación, incluyendo el consumo de alimentos susceptibles de provocar enfermedad.
Los datos proceden de una encuesta realizada por la Red estadounidense de Vigilancia Activa de Enfermedades Transmitidas por Alimentos (FoodNet). Entre mayo de 2006 y abril de 2007, 14.000 adultos registraron sus hábitos relacionados con la alimentación, incluyendo el consumo de alimentos susceptibles de provocar enfermedad.
Al examinar las frecuencias de consumo, el equipo coordinado por Beletshachew Shiferaw halló que los mayores consumos de carne roja y blanca, y en especial de pato, ternera y jamón, los realizaban los hombres, que también muestran una mayor preferencia por el consumo de marisco. Las mujeres, sin embargo, ingieren más frutas y verduras, así como frutos secos, huevos y yogures. Aunque dentro de estos grupos de alimentos también se encuentran excepciones. Los varones consumen más espárragos y coles de bruselas y las mujeres comen más carne fresca que los hombres, que consumen más este alimento a partir de preparados congelados.
Además, los hombres se exponen más al consumo de alimentos en mal estado o susceptibles de provocar una infección, como huevos caducados y carne poco hecha. “Existen diferencias significativas entre los hábitos de hombres y mujeres que los educadores en salud deben tener en cuenta, así como a la hora de establecer políticas públicas”, defiende Shiferaw.
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