
Hace un poco más de un mes leí sobre el escritor chileno
Juan Pablo Meneses, cuyo libro
La vida de una vaca, donde sigue paso a paso a la vaca "La Negra" en los tres años que pasan en Argentina desde que se hace propietario del animal hasta el día en que se convierte en un plato de comida, o en palabras de los Simpsons se gradúa de la universidad bovina. Con una visión similar, El Comercio de Perú este domingo publico la nota
Una historia con Plumas, donde la reportera Milagros Leiva trata de responderse la filosófica pregunta ¿de donde viene ese cuarto de pollo que almorzamos ayer? En ambos casos también se describe en parte de la importancia que tiene cada animal en la economía de cada país.
Ambas historias me hicieron recordar de una de las partes menos agradable que se ven en la industria alimentaria, el beneficio de animales. En realidad nunca comprendi porque le llaman beneficio si en realidad es lo peor que le puede pasar a un animal, pero en fin, ya esta la costumbre. También me vino a la memoria lo que me dijo un amigo zootecnista: "regla numero uno, nunca le pongas nombre a tus animales, llegado el momento no vas a poder sacrificarlo". En particular nunca he beneficiado a un animal, pero si he estado en camales de reses, cerdos (con gritos que ponen los nervios de punta), ovinos (lo peor que puede haber por la docilidad con la que llegan) y por supuesto aves. Como profesional de la industria alimentaria, uno debe tener claro que este es el destino de los animales que se han criado. Sé que es un poco cruel decirlo, pero entenderlo es el primer paso para que la visita a un camal no sea tan fuerte.
¿Cómo se beneficia industrialmente a las aves? En general se sigue el siguiente procedimiento

Las aves son colgadas de las patas y van por una línea continua, se les da una descarga eléctrica para lo que se conoce como
aturdimiento, y se les hace un
corte en el cuello. Esto produce un
desangre con un corte bien realizado, el ave puede perder hasta la mitad de su sangre. De alli pasa a un
escaldado, que es en realidad un baño de agua caliente por unos minutos. Aparte de la eliminación de bacterias se facilita la remoción de plumas posterior con unas desplumadoras que son cilindros que giran rápidamente y además cuentan con lengüetas de goma para el
desplume. Adicionalmente se le pueden
cortar el pico, las uñas y/o las patas, y un
eviscerado en el que también pueden ser eliminadas la cabeza y el pescuezo. De allí el ave es
enfriada y
empacada.
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